Como si se hubiera calculado previamente el agua cesó de caer. Rapidamente se desandó el camino y otra vez había músicos en el escenario, también público eufórico, ahora además, empapado. Waters sentenció: “si es necesario tocaremos toda la noche”. Ante la conciencia de lo fortuito y lo efímero, tanto los músicos como el público se entregaron con todo a vivir este último encuentro.
Las expresiones políticas de la banda estuvieron presentes en todo momento. La imágen de los últimos presidentes de los Estados Unidos de Norte América EUNA ocupó las pantallas al tiempo que se exponía la cantidad de asesinados producto de sus incursiones intervencionistas en Irak, Afganistan, Libia, entre otros, y se les sentenciaba como criminales de guerra.
En relación al boicot del sionismo por su llegada al Río de la Plata, expresó enfaticamente su disgusto con el presidente del comité central israelita de Uruguay Roby Shindler, quien fuera el encargado de gestionar las denuncias en los hoteles donde se hospedaría la banda, que culminaron bajando las reservas, “Fuck you” le espetó.
Los efectos visuales subrayaron la presencia musical, pantallas gigantes, fuegos artificiales, globos, luces láser. Las pantallas gigantes hicieron desfilar una inmensa cantidad de figuras sugestivas, langostas, hormigas, corderos negros practicando karate, cerdos, lluvia de dólares.