Billy Gibbons

Fotos: Gonzalo Abeiro / Crónica: Guillermo Amy

19 de noviembre 2023

Sala del Museo


Desde el anuncio de esta fecha ya quedaba a la vista que estábamos ante un evento histórico. Billy Gibbons, quien hoy por hoy personifica y defiende el legado de ZZ Top, se iba a presentar en la Sala del Museo con La Mississippi, la icónica Banda de blues argentina, como backing band. 

El show pactado para las 20:00 desde bien temprano contaba con una fila que daba toda la vuelta a la manzana de la sala. Son pocas las veces que se vio semejante nivel de convocatoria con tanta anticipación. Este hecho daba de un indicio de lo que significaba tener la oportunidad de ver a un artista de este calibre en lo que sería su debut oficial en Uruguay, dado que jamás tuvo la oportunidad de visitar nuestro país.  

Mientras en Argentina se llevaban a cabo las elecciones nacionales y mucha gente comentaba al respecto, dentro de la sala crecía la ansiedad conforme pasaban los minutos. Tal es así, que sobre las 20:45 con la sala repleta en su totalidad, una lluvia de silbidos cayó desde la audiencia para que el show diera inicio. Fue recién pasada las 21:10 que la banda argentina, La Mississippi, salió a escenario. Algunas miradas fueron de confusión, otras de entusiasmo. La realidad es que el encuentro se debía a los 35 años de la banda, conmemorando su trayectoria y con un icónico invitado de lujo, pero que aún no había salido a escena. 


“Sabemos que venimos de perder con ustedes (haciendo alusión al partido Uruguay-Argentina disputado la semana previa), sabemos que acaban de ganar los liberales (por el inminente triunfo de Javier Milei en las elecciones), estamos en el horno. Pero al rock and roll no lo mata nadie” fueron las primeras palabras de Ricardo Tapia, el talentoso vocalista de la banda con una de las voces más poderosas que se encuentran en el medio. 

El show dio inicio con la banda dando algunas canciones de su repertorio. “Boogie de la Ruta 2”, “El 16” y “San Cayetano” fueron las canciones propias interpretadas con un sonido de nivel claro y contundente, combinado con esa voz ronca que recuerda a los viejos blueseros de mediados de los 50/60. “¿Listos, listas?” Preguntaba Tapia a un público que se mostraba cada vez más ansioso. Finalmente, luego de una eufórica presentación, Billy Gibbons, con su típico look mezcla cowboy/rock, apareció en escena para que la celebración sea unánime. 

 

El ex-ZZ Top se posicionó del lado izquierdo de Tapia y frente a toda la banda, y desde el primer minuto marcó la cancha. No había terminado de iniciar el primer tema “Thunderbird” cuando paró absolutamente todo y desde el micrófono pidió al iluminador “Give me some lights” (dame más luces). Pese a eso, se mostró con una energía súper distendida, casi hasta el punto de no tomárselo con mucha seriedad, y dándose el espacio de divertirse. El show siguió su curso con lo que el musico aseveraba ser su canción favorita “Sharp Dressed Man”.  

Gibbons hacía las cosas cuando y como quería. Manejaba los tiempos a gusto y se notaba que la banda estaba al pendiente de las ocurrencias de este. Cuando quería dejaba de tocar, se daba vuelta, señalaba a alguno de los músicos para que soleara arriba de alguna base, y al mismo tiempo interactuaba con el público de manera eficiente preguntando si estaban pasando un buen rato.  Para sorpresa de varios, algunas temas de ZZ Top (por ejemplo “Tush”) fueron vocalizadas por Tapia y no por Gibbons como podía esperarse. Pero a pesar de esto, el frontman de La Mississippi supo estar a la altura de la circunstancia mostrando también toda su carpeta de vocalista de blues como su trayectoria así lo reconoce.

 

A pesar de que por momentos parecía que Gibbons estaba tocando en el patio de su casa, de igual manera el tiempo en escena (aproximadamente unos 40 minutos) sirvió para dejar unos destellos de calidad para el público que venía con ganas de verlo tocar y escuchar en vivo esa voz característica. El estadounidense le dio voz a “Tube Snake Boogie”,  “Foxy Lady”, (ese icónico tema de Jimi Hendrix) y si de irónicos hablamos, obviamente no podía faltar “La Grange” con esa voz grave que con solo escuchar las primeras frases da cuenta de que es un tema hecho a su medida para que solo él pueda interpretarla como corresponde.

Luego de interpretar “Travelin’ band” de Creedence, banda parecía no tener preparado un bis para un público que impacientemente pedía más, dado que el show en cuanto a cronometraje todavía resultaba corto. Al retornar, Gibbons pregunta “¿una más?” Y al obtener la primera respuesta, una vez más empezó a sonar las primeras melodías de “La Grange”, pero al público pareció no molestarle recibir un segundo plato de la misma comida. El músico recorría el escenario haciendo solos con una mano en el traste de la guitarra y saludando al público con la otra, generando una reacción fervorosa de los presentes. 

 
 

Con una cálida despedida, la banda abandonó el escenario agradeciendo la convocatoria en una sala que no entraba un alma más. Algunos fans quedaron esperando recibir alguna lista desde el escenario para guardar de recuerdo, pero el staff dejó bien en claro que nunca hubo tal lista. De igual manera, lejos estuvo ser una improvisación, sino más bien una celebración, cuidada y con mucha calidad sonora, en la que tuvimos la oportunidad una leyenda del rock pasando un buen rato y haciendo que el público también goce de la misma forma. 

Cuatro Cuarenta