Pulp

Fotografía: Marcos Mezzottoni

Crónica: Guillermo Amy

21 de noviembre de 2023

Teatro de Verano

 

l Primavera 0 tuvo su primera edición del 2023 recibiendo nada más ni nada menos que a Pulp, la histórica banda británica oriunda de Sheffield que, curiosamente, a pesar de iniciar su actividad en 1978, tuvo su auge a mediados de los 90, siendo una de las bandas bisagra del Britpop y marcando a toda una generación. 

Presencia, elegancia y un equilibrio exacto entre lo simple y lo complejo, son solo algunos adjetivos posibles para definir a una banda que, casi inesperadamente, llegó a Montevideo en el marco de su gira “This Is What We Do For An Encore” para tocar primera vez en su historia en un martes en que dominaba la incertidumbre climática. “El Primavera 0 es el Glastonbury que nos tocó por padrón, siempre está a punto de llover” se escuchaba desde la fila de entrada. Para los más fanáticos, no importaba ni el clima ni el hecho de que a la misma hora jugara Uruguay en el Estadio Centenario. La noche prometía grandes cosas y la espera finalmente llegaba a su fin. 

La banda hizo honor a la famosa “puntualidad inglesa”.  A 21:00 las luces se apagaron y la pantalla proyectó una introduccion, en la que explicaba que “el encore se utiliza cuando el público pide más y hace ruido, así que… hagan ruido”, lo cual generó una reacción inmediata de la audiencia que se hizo sentir. Finalmente, la proyección cerró con un “esto será un recuerdo para toda la vida”. 

Luego de que los músicos se posicionaran, todavía dentro la oscuridad total, la noche, conjunta a la luna proyectada, la voz de Jarvis Cocker iba aparecía entonando las primeras estrofas de “I Spy” mientras iba apareciendo en escena desde atrás desde una escalera. La luna se iba poniendo al rojo vivo al momento de la explosión definitiva, donde la banda terminó dando el puntapié inicial. 

La figura de Jarvis iba recorriendo el escenario con su elegancia y característico baile dejando cuerpo y alma, acompañado de una banda que hizo sonar el Teatro de Verano como pocas veces, con graves de bombo y bajo intensos, y apoyos de guitarra y teclados ejecutados con delicadeza. En su primer bloque el setlist estuvo conformado principalmente por 4 canciones de uno de sus discos más laureados, “Different Class” (1995). “Disco 2000” y su danza incontenible, “Mis-Shapes” que fue dedicada a la audiencia por asistir a pesar de la lluvia y “Something Changed”, dedicada para el difunto bajista, Steve Mackey, fueron algunas de las que sonaron en una noche que no daba respiro. 

En reiteradas oportunidades se pudo observar a Jarvis intentando pronunciar algunas palabras en español que posiblemente tenía anotadas para no olvidarse. Incluso en una oportunidad, lanzando bombones hacia el público. El vocalista pretendía saber cómo se decía Weed en español (en referencia a la marihuana) y procedió a dar inicio a ambas partes de “Weeds” del disco “We Love Life” (2001), el último álbum que han sacado hasta el momento. Las luces verdes y los coros excelentemente ejecutados le dieron una épica sonora espectacular y cada detalle resultaba muy cuidado. 

Pulp seguía regalando momentos épicos canción tras canción. Sin falencias, sin puntos muertos ni temas de relleno. “F.E.E.L.I.N.G.C.A.L.L.E.D.L.O.V.E” tuvo uno de los puntos cumbres sobre el final cuando los flashes acompañaban la intensidad de los falsetes del vocalista, que a pesar de tener 60 años, sigue teniendo casi el mismo registro vocal que en su juventud. Y si de épica hablamos, “This Is Hardcore” fue uno de los momentos que sin duda quedan guardados en la memoria como referencia, con su melodía erótica y oscura, un telón rojo proyectado en el fondo, un asiento que parecía un trono de reyes, fueron decoraciones utilizados con un criterio casi teatral hasta el momento de explosión, siendo un auténtico sube y baja emocional. 

La banda era consciente de que era su primera vez en Montevideo. Por lo tanto a diferencia de lo que suele ocurrir en otros recitales, “Do You Remember The First Time?” no fue dirigido a recuerdos de fechas pasadas, sino que fue directo a la nostalgia, a recordar la primera vez en que el público escuchó a la banda y, sobre todas las cosas, reafirmar lo importante de ese momento, de ese primer encuentro entre la banda y Uruguay. Al término de esta última, en el escenario se empezó a proyectar el video de “Babies” con frases acapella previo a dar el arranque con la melodía característica de guitarra. Las luces azul claro, con destellos celestes y Cocker calzándose la guitarra y entonar uno de sus más grandes hits a coro con el público, seguían dando muestras de que el espectáculo carecía de puntos bajos. 

Para “Sunrise” esperaba uno de los momentos más épicos de la noche, dado que el tema habla, justamente, de un amanecer. Sobre el final, en la parte donde la instrumental comienza a tomar protagonismo, vemos a Jarvis Cocker realizar su distintivo baile bajo el efecto de la sombra con un rojo vivo de fondo. Momento que sin duda, fue de los más registrado por los celulares. Así también lo fue “Like A Friend” ejecutada con mucha intensidad y con el logo de la banda de fondo proyectándose, siendo otro de los momentos más fotografiables. 

“Todos tenemos algo en común, en este momento todos estamos utilizando ropa interior” fueron las palabras previas a dar un cierre con “Underwear”, y dar un último batacazo con su canción más emblemática, “Common People” que generó un pogo en las partes cercanas a la valla y mucha emoción entre los presentes. Ese momento fue el elegido para presentar a la banda que recibió su merecido aplauso, Cándida Doyle, Nick Banks (los componentes originales de la banda), los músicos de apoyo, y con una mención para Tom Right quien se vistió de superhéroe y tomó el rol de guitarrista suplente aprendiéndose todos los temas del setlist a 24 horas por la falta de Mark Webber. 

Siendo objetivo, si el show hubiera terminado en ese momento nadie podría haber dicho nada. La banda lo dejó todo en defensa de sus canciones, mostrando un compromiso y entrega avasallantes. Pero el público quería más y la banda dió más,  saliendo desde la escalera trasera nuevamente al escenario para traer un último mojón de temas.

“¿Qué podemos tocar ahora?” decía el vocalista mientras desde el público llovían solicitudes de canciones. “Vamos a tocar una de las más viejas” y empezó a sonar el slide de “Razzmatazz” que era una de las más esperadas y a pesar de ya denotar cierto cansancio, la entrega siguió siendo absoluta. El show tuvo su final definitivo con todo el optimismo melódico que irradia “Glory Days” y dio cierre a un show que sin duda fue, hasta el momento, el mejor show del año. Como dijo Jarvis en algún fragmento citando a Voltaire, “el oído es la avenida hacia el corazón”. 

Cuatro Cuarenta