Al igual que cinco años atrás en el anterior homenaje a Pogo, tocaron el disco de principio a fin, empezando con “Otra vez” y terminando con “Do you Love Me?”. Las comparaciones con la grabación original del disco no tardaron en llegar. “Antes nos aplaudían al terminar los temas, pasa que antes no había redes sociales”, decían los músicos en un clásico ida y vuelta con el público. Ese ida y vuelta propio de la banda que hace cada recital único. Que te hace reír. Un código entendido entre público y banda que genera que se pueda hablar de fútbol, de otras bandas, de otros artistas, siempre bromeando y sin que nadie lo sienta como una ofensa.
Callate y tocá Hugo - Gritó alguien del público. Voy a tocar sí, pero solo porque me llevo una torta de guita con estos toques, no porque vos me lo digas, mugriento hdp. Cuando llegó el momento de “Detrás del arco” como es costumbre, muchas banderas de Nacional y de Peñarol se levantaron al cielo, empatizando con el “en las malas mucho más” dado el año futbolístico que tuvieron los dos grandes. También remarcando el ambiente de convivencia que hay en los recitales de la Trotsky, que si bien no debería sorprender, a veces cuando se cruzan las banderas hay algún insulto.
Acá los insultos son solo para la banda, pero con cariño. Las primeras invitadas fueron mujeres. Camila Bustillo de Niña Lobo tocó la guitarra en “El Alma en 2” dedicada a su madre que estaba en La Trastienda, fan de la Trotsky. Ella dijo que era su primer recital del grupo, o algo así le entendí. Aún así la rompió toda y peludeó como Tito Souto en su momento.
La siguiente invitada fue Clipper, quien también estuvo en el Cosquín Rock. En esta oportunidad cantó “Por vos”, una canción de lucha para el sexo femenino. Esa que dice: “No quiero verte tirada, no quiero verte llorar, te quiero de pie lista para pelear, por vos”.