Juan Wauters

Fotografìa: Gonzalo Abeiro

Crónica: Guillermo Amy

28 de julio

La Trastienda MVD

 

El multifacético músico volvió a Uruguay a presentarse en La Trastienda. El show se dió en el marco de su gira latinoamericana presentando su nuevo disco “Wendering Rebel”. 

A lo largo de los años, la carrera de este músico de nacionalidad uruguaya que emigró a temprana edad a Estados Unidos fue en crecimiento constante. Volver a Uruguay resulta, a gran escala, un reencuentro con ese imaginario colectivo en el que en algún momento estuvo sumergido. Esto generó, quizá hasta de manera involuntaria, un sentimiento de nostalgia latente durante toda la noche. 

Montevideo lo esperaba con una gélida noche invernal típica de finales de julio. Pero el artista, con su enérgico carisma, logró que el frío se exterior no se sintiera en ningún momento. El show comenzó con Wauters corriendo en la oscuridad haciendo algunos acordes desde un extremo del escenario al otro. De a poco, entre carcajadas y vítores, el público fue manifestando el deseo de que el show diera inicio. La ansiedad no dejaba de aumentar entre corrida y corrida. 


Finalmente, una luz tenue se encendió sobre la mitad del escenario apuntando al micrófono central. En ese momento, el músico se acercó con su guitarra a abrir el show interpretando “Así No Más”. Ya desde el primer estribillo las voces del público empezaron a acompañar y de manera creciente, fueron haciéndose sentir, generando más de alguna sonrisa en el artista. 


Wandering Rebel es su más reciente trabajo que cuenta con algunas de las colaboraciones más importantes junto a grandes celebridades como Zoe Gottuso y Frankie Cosmos. La particularidad de este trabajo, es que es el primero en el que Uruguay forma parte de su creación, tanto de la composición de algunos temas, como la mezcla, el mastering y el arte de tapa. En más de una oportunidad, dirigió algunas palabras hacia el disco, mostrándolo en su formato de vinilo, y cediendo ante la presión social de lanzarlo al público. 

La luz tenue se sostuvo durante todo el show, apenas modificándose al entrar y salir su banda de apoyo integrada por músicos que conoció en Estados Unidos. No fue uno de esos espectáculos que la iluminación tuviera incidencia, Wauters se remitía a jugar de manera constante entre la luz y la oscuridad, la única que tomó las riendas y terminó cautivando, fue la música. 

El artista se siente como su casa, en su casa, y eso no es poca cosa. El setlist, a pesar de tener casi nulas pausas, no renegó ningún disco ni faltaron esas canciones que se pretendían escuchar, incluso tomando algunos pedidos que llovían del público. La mezcla de nostalgia se complementó con el desenvolvimiento distendido del artista, mostrando su lado más entusiasta, y por supuesto el más uruguayo, haciendo algunas alusiones a Rocha, a la torta frita, al folclore más añejo con “Mensaje Codificado” hablando del patrón, de la doma, del salvajismo y gritando con intensidad “¡Dale! ¡Dale che!” y a sus influencias, como la versión en inglés de “El Hombre de la calle” de Jaime Roos.

“Todos los shows en algún momento deben de terminar, así que yo voy a tocar la última y si quieren después seguimos en otro lado”, soltaba el músico luego de recordar sus anteriores oportunidades (incluso la gran polémica cuando subió a algunos del público a jugar carreras al escenario). El cierre estuvo a cargo de “Mi Vida” para posteriormente abandonar el escenario, no sin antes saludar a la audiencia de la misma forma entusiasta con la que saludo durante todo el desenlace del espectáculo. Con una reverencia, agradecimientos, y su característica forma de ser. Juan Wauters pasó una vez más por Montevideo, trayendo toda su talento y calidez humana. 

 
Cuatro Cuarenta