ACRU

Fotografìa: Bruno Conti

Crónica: Pedro González

29 de julio

Montevideo Music Box

 

Acru visitó Montevideo como final de su Tour Latam que incluyó además a Chile y Perú. Unas 600 personas estuvieron en MMBox para secundar sus potentes ráfagas de lírica rapera.

El argentino de 26 años, originario de Tucumán, provincia al norte de la inmensa república argentina, vino a mostrar un adelanto de su próximo disco “Don”, del cual dos temas “Josear”[buscarse la vida] y “Trono” ya se pueden escuchar en plataformas digitales.

Después de cuatro años en los que el artista se propuso dar una vuelta de rosca y evolucionar en su estilo, llega este disco que se presentará el 28 de setiembre en el mítico Luna Park en Buenos Aires. Cumbre de los grandes artistas en el país vecino y que el rapero pisó por primera vez en su vida directamente subiendo al escenario invitado por WOS en uno de su show. ACRU se consolida como uno de los referentes de su generación en su País y por extensión del movimiento en Latinoamerica.

Activo desde el 2014, ha participado de competiciones de Freestyle como el Quinto Escalón, las Red Bull Batalla, en el auge del RAP y el Hip Hop en la región. Ha conseguido hacerse un nombre dentro de la escena local y poco a poco desbordando fronteras. El artista llegó a Montevideo en ese recorrido, que siempre está presente en sus canciones.

Sus letras autorreferenciales, describen procesos creativos personales, sus objetivos de alcanzar una mejor posición económica, recordando sus orígenes de precariedad y el sacrificio de su familia, que él tiene como mandato redimir. En esta resignificación del “sueño americano” se mezclan dotes consistentes de compositor de letras que tienen mucha intensidad, complejas en la interpretación, en las que se combinan la lengua materna y anglicismos. Bases potentes sostienen estos aluviones de barras que su voz moldea en un estilo propio.

 

Dar las gracias ser canal
Ver creer, crear procesos
Pa que el día que me entierren encuentren un par de pesos
Estoy en eso - por creo que lo mío vale
Y se que mi ambición está bendita con verdades.
Hermanos que son players, gloria y fe, valor en calle
Hasta que sol se nos apague voy hackeando realidades
Por qué quiero hacerlo como Big ready to die
Mirando al cielo
Eso que nace mi es un imán que sangra fuego
Lenguaje universal sin gloria y miedo
Si la esquina traga hambre y la cuadra te saca el sueño.
Porque quiero! Hacerlo como big ready to die!
Mirando al cielo (Fragmento de Josear)

ACRU le habló a sus seguidores y les manifestó su cariño. Recordó que Uruguay fue su primer show fuera de casa y que esto lo liga de una manera muy especial a nuestro país. También les explicó los motivos por los que dejó Uruguay para el final en la gira; porque el disco se tardó 4 años en ser disparado y lo importante que son sus seguidores para andar su camino hacia a la cumbre.

La crew presente, entre veinte y treintañeros, predominantemente hombres, se entregó de lleno  al espectáculo del rapero. Deslumbrados y fieles lo escucharon y cantaron cada una de las canciones que el artista soltaba.

En momentos que los pogos dejaron de ser un leit motiv en los recitales de rock and roll, este show dejó algo de lo que se podía apreciar en el pasado con el rock. Sincronizados, con una mano arriba,  resultan una manifestación sugestiva de identificación con el mensaje que se trasmite, expresado con el cuerpo. Las letras cantadas parecen ser empujadas de vuelta hacia el escenario por las manos que sincronizadas suben y bajan.

ACRU es uno de los raperos que mantiene siempre fresca la improvisación, busca desarrollar esta técnica para sacarla del lugar de la batalla y conseguir llevarla como lo ha hecho el jazz, desde lo técnico, a un lugar energético mas vinculado a lo musical. Conceptual y filosóficamente lo asocia al Aikido, arte marcial al que se refiere en algunas de las letras de sus canciones. Improvisó a mitad de algún tema, lo que intensificó la conexión con su público. En tiempo presente y mucho mas centrado, el artista logró de esa manera un momento único junto a los fans, que se impregnaron más con su arte en estado puro.

El recital fue una fiesta, con un profeta de camino. Cada uno de los que estuvo dejó fuera cualquier contratiempo, cualquier problema que lo aquejara, sacó del armario una cara y sonrió al escenario de donde las letras surgían.  La sala se llenó de energía que todo lo atravesó y de cada uno salió, en cada salto, un contacto alentador.

 

Teloneros

 
Cuatro Cuarenta