Él Mató a un Policía Motorizado

Fotografía: Vanesa Adler / Crónica: Guillermo Amy

1 de diciembre 2023

Sala del Museo


La banda proveniente de La Plata se presentó en la Sala del Museo en dos fechas que contaron con capacidad total, en el marco de su gira presentación de su nuevo disco “Súper Terror”. 

A pesar de una jornada atípica climáticamente hablando, en la que en el correr de la tarde se habían registrado lluvias intensas que habían inundado parte de la capital, el encuentro no estuvo en peligro en ningún momento. Afortunadamente, para la hora cercana al inicio, un increíble atardecer caía sobre la Ciudad Vieja y recibía con una vista inigualable la jornada que se avecinaba. 

La banda se encuentra en una gira extensa presentación de su nuevo disco y venía de realizar un show espectacular en el Primavera Sound de Buenos Aires. A sala llena y apenas unos minutos pasada la hora pautada, las pantallas empezaron a proyectar imágenes que hacían recordar a los antiguos juegos Arcade, para introducir a los integrantes que se mostraban listos para dar inicio a una noche muy esperada.


“Quien te va a cuidar en este mundo peligroso? Tenemos que estar juntos” cantaba Santiago Motorizado dando inicio al show con “El Magnetismo”, para luego enganchar con “Un Segundo Plan” bajo la noche veraniega a pesar de ser primavera que lejos estaba de ser fría. La banda y el calor resultaban avasallantes en una instancia que casi no dio respiro, con poco diálogo pero mucha música. 

Bastó con que sonaran “La Noche Eterna”, “El Perro” o “Amigo Piedra” para contagiar inmediatamente a un público que cantaba a una intensidad pocas veces vista. La energía se sentía y fluía, conmoviendo a la banda y generando que en reiteradas oportunidades, Santiago soltara reiterados “gracias” y realizara con sus manos la forma de corazón para expresar lo que posiblemente los adjetivos no podían describir. 


A pesar de los años y de la evolución musical, el sonido todavía carga con esa suciedad de garage que tanto los supo caracterizar en aquellos primeros discos, con bajos intensos, y una voz que por momentos se ve opacada pero que al encontrarse, brilla por su presencia. Al mismo tiempo, la banda juega con las emociones dentro de luces oscuras. La paleta de colores va moviéndose principalmente entre el rojo y azul (casualmente, las mismas luces que las de la policía) y los flashes acompañan los momentos de mayor intensidad. Esto siempre se ve acompañado con visuales de fondo que aciertan en crear el clima necesario. 

Las canciones nuevas a pesar de no llegar al año de edad, parece que fueran parte de su repertorio desde hace mucho tiempo. El pogo de “Diamante Roto” no tuvo nada que envidiar al agite de algunas con mas recorrido como “Yoni B”, y eso marca que a pesar de que el sonido cambia y evoluciona, siguen encontrando la forma de que esas canciones “suenen a Él Mató”. A pesar de que el la búsqueda musical se pueda expandir y resulte notoria, la esencia sigue intacta. 


“¿Están pasando bien? ¿Quieren más?” comentaba el vocalista mientras la emoción se acrecentaba tema a tema y los breves silencios se veían decorados por una ovación incesante. La banda premia al asistente con un cachetazo de hits y un setlist que probablemente no deje insatisfecho a nadie,  Encontrándose entre estos “Destrucción”, “El Mundo Extraño” y la inoxidable “El Tesoro” de su disco célebre “La Síntesis de O’Konor”. 


Luego de una breve pausa para tomar oxígeno, el grupo volvió a dar un último sacudón a una Sala del Museo que mostraba vibrante. “Ahora Imagino Cosas”, “Fuego”, “Chica de Oro” esos temas con poderosas líricas y melodías sonaban con fuerza y la audiencia lo daba todo a pesar de la alta temperatura. Culminado el último “Vamos él Mató” coreado al mejor estilo estadio de fútbol, “Mi Próximo Movimiento” terminó de despedir a un público que no cesó su ovación hasta que la banda abandonó el escenario y las luces se volvieron a encender. Una vez más, un contundente pasaje de El Mató por suelo Montevideano. 

Cuatro Cuarenta