Demos Kratos

Demos Kratos: Danza que celebra la Democracia

Sala Verdi y GEN presentaron del 22 de setiembre al 1 de octubre pasados:
DEMOS KRATOS con dirección de Andrea Arobba
Con Luna Roura /Cecilia Ivanier / Oriana Irisity / Santiago Bozzolo / Florencia Faldebat / Isabela Dubroca / Christian Moyano
Música de Ignacio Echeverria
Iluminación de Lucía Rubbo
Asistencia artística y producción de Catalina Lans

Cuerpos en movimiento que se interpelan, que se desafían y desafían. El cuerpo habla su idioma y en Demos Kratos directamente a sus semejantes en reposo en las butacas, les muestra, hace un silencio y los señala

La obra surgió a raíz de la conmemoración del 50 aniversario de la dictadura cívico militar perpetrada en la sociedad uruguaya. Enmarcada en la imposición de voluntades, y la supresión de las individualidades con argumentos caprichosos, es lo opuesto al Demos Kratos. El poder del pueblo, que está en la suma de las individualidades. La obra expone justamente la expansión y la evolución que nace de las diferencias. Recibir este mensaje a través de la interacción de los cuerpos de las intérpretes fue movilizador, raro e inquietante. 

Una estructura de fondo sostuvo la improvisación y espontaneidad que finalmente acabó por sacar la esencia de cada personaje, dejando a la vista la diversidad del tejido social representado. La interacción entre la construcción permanente de individuos que dialogan en  armonías y disonancias. Confrontaciones y edificaciones en conjunto son el resultado de ese diálogo de poder del pueblo, mostrados a través de la danza.

Los espectadores nos encontramos sumidos en arremetidas grupales, intensas, de mucha fuerza física, que de golpe, se detenían abruptamente. Se detenía, la música, el  movimiento, los cuerpos. Las respiraciones ocultas bajo la música, emergían como señales de existencia viva. Así tuvimos la oportunidad de rumiar lo que  dentro se movilizaba atravesado por un mensaje atípico. Cuerpos hablándole a cuerpos, que poco ejercitados en la decodificación de mensajes acudieron en busca de la reflexión. Entonces se ensamblaron mecanismos que tenemos poco aceitados y que en Demos Kratos se nos invitó a activar.  La invitación fue a reflexionar sobre nuestros propios dictadores y seres libres, las individualidades, y también sobre las posibilidades de exploración que nos instan a estar atentos y activos.

La música en presencia, hizo de disparador y contenedor de la danza. Creó un marco donde las corporalidades se ubicaron y dijeron en movimientos precisos y eclécticos. La voz de los personajes danzantes en escena es un recurso que incorpora a la obra la directora. De esa manera explicita el mensaje mediante citas en loops, de la “paradoja de la tolerancia” de Karl Popper y un texto de Hanahh Arendt sobre “el deprecio de los hechos como tales, por parte del totalitarismo”.

Las proyecciones audiovisuales y las máscaras provocaron unos efectos estéticos de impacto, que sirvieron de pinceladas para decodificar un sentido profundo de lo que mediante la danza se expresó.

Dio la sensación que todo ese caos de figuras expuestas sobre el escenario estaba regido por un ritmo desconocido, pero que se intuyó elaborado con exhaustividad. Construcciones como piezas de un entramado que encajó a la perfección, reforzando la trasmisión de emociones que de una manera poco habitual se adentró en los espectadores.

En la ejecución de los interpretes, fue posible vislumbrar la técnica precisa. Así como la intención clara, de mediante movimientos corporales explosivos por momentos, ser atravesados y volcar sobre el público sensaciones, que finalmente acabaron por ensamblar ideas claras. 

Un elenco sólido entregó durante 70 minutos un despliegue de energía que invitó a la atención y contagió. La danza, la  música en vivo (electrónica e instrumental) , la voz, las proyecciones, se enredaron con maestría, a manos de la creadora de esta pieza, Andrea Arobba.  Una modeladora de construcciones humanas que genera ruptura, se desmarca de constricciones y libera la fuerza arrolladora de la energía contenida en los cuerpos.

Demos Kratos es una experiencia exquisita, una propuesta provocadora, que es necesario experimentar en pos de ese ejercicio sabroso de la proliferación.

Fotografía: Gustavo Castagnello
Crónica: Pedro González

Cuatro Cuarenta