Dark Tranquility

Fotografía: Bruno Conti

Crónica: Guillermo Amy

25 de abril de 2024

Live Era

 

La última noche de la seguidilla de 4 días consecutivos de shows de metal traia nuevamente a Uruguay a los suecos de Dark Tranquillity por tercera vez, su primera visita en más de 10 años resultando una oportunidad increíble. 

Varias personas que ya habían presenciado uno o más shows los días previos volvían a asomarse a Live Era para vivir una última noche de metal de calidad de la semana. A diferencia del día anterior, en el cual Amorphis se había presentado en la misma sala, la convocatoria fue notoriamente mayor. 

Pasaban las 21:15 horas cuando empezó a sonar el clásico “The Boys Are Back In Town” de Thin Lizzy lo cual marcaba el inicio. Unas pantallas colocadas en la zona trasera mostraban unas visuales que impactaban de manera inmediata, acompañando el arranque a toda máquina con “Identical None” de su disco “Moment” lanzado en 2020, con el escenario dominado por luces oscuras para relucir mucho más estas imágenes. La noche seguía su curso con uno de sus clásicos “The Treason Wall” del icónico “Damage Done” y de ahí en más, la energía solamente fue ascendiendo para no volver a caer. 

Los suecos salieron con muchísima actitud a darlo todo. El gran sonido fue indispensable para el buen desarrollo del show, con un Mikael Stanne que conserva su técnica gutural intacta a pesar de su larga trayectoria, y con una banda que, a pesar de ser bastante diferente a la que vino a Montevideo en la última oportunidad hace más de 10 años, de igual manera lograban interpretar de manera sobresaliente las composiciones más añejas. Una gran base de bateria-bajo, solos de guitarra que se iban intercalando entre sus dos guitarristas, y la gran presencia de sintetizadores que siempre aparecía para dar un golpe melódico a la canción, dieron una consistencia absoluta a la parte instrumental. 

“Hoy tocaremos algunas que ya conocen y otras que veremos si no han olvidado” decía Stanne adelantando que se venía una noche larga con unas cuantas canciones. El público entró en sinergia con el grupo inmediatamente, viéndose rostros deslumbrados con el show que se estaba presenciando. Los integrantes se movían constantemente en el escenario, arengando e intercambiando miradas con los espectadores más cercanos, y las palabras de agradecimiento casi constante entre tema y tema generaban ovaciones  reiteradas, qué desembocaban en palabras como “Montevideo, eres jodidamente increíble”.  El grupo adelantó que en los próximos meses se iba a está lanzando un nuevo disco asegurando que “es fantástico” y no ocultando la ansiedad de que salga a luz y lo escuchen. Gracias a esto pudimos escuchar “The Last Imagination”, primer corte difusion lanzado en marzo del presente año. 

La noche cargaba con una épica pocas veces vista en los shows realizados en Live Era del último tiempo. Las visuales perfectamente sincronizadas, llegando a aparecer la lírica a tiempo con la canción daban un plus significativo, resultando completamente envolvente tanto sonora como visualmente. La humanidad y la entrega de parte de la banda fue absoluta, incluso Stanne se lanzó a cantar entre el público, que dentro de la emoción y la cantidad de registros de celulares, respetuosamente cedió espacio para que el vocalista pudiera seguir con la interpretación sin mayor problema. 

El show duró aproximadamente 1 hora 45 minutos, redondeando un muy buen tiempo para lo que el género acostumbra. La lista  contuvo unas 16 canciones en su primer tirada repasando casi todos sus discos recientes y de los 90’ y 00’, entre los que estuvieron “Final Resistance”, “Atoma”, “Identical To None” y la más extrema de la noche, “Nothing To No One” (con unas increíble visuales de una multitud de esqueletos haciendo mosh) y 3 bises: “Lethe”, “Lost To Apathy” y la infaltable “Misery’s Crown” que se cantó y coreó a todo pulmón. Así el cierre definitivo a un show memorable que, desde mi humilde punto de vista, fue el mejor de la semana, tanto por sonido, desarrollo, conexión con el público y puesta en escena. 

A la salida se escuchaban a muchos que habían estado presentes en las oportunidades anteriores diciendo que “esta fue por lejos de las 3”.  Aproximadamente una media hora después de finalizado el recital, la banda salió de la sala y los integrantes gentilmente se sacaron fotos y firmaron autógrafos con los fans que se encontraban en grandes cantidades esperándolos. Sin duda una noche que quedará para el mejor de los recuerdos de quienes estuvimos presentes.

Cuatro Cuarenta