Amorphis

Fotografía: Bruno Conti

Crónica: Guillermo Amy

24 de abril de 2024

Live Era

 

Los finlandeses visitaron Montevideo por segunda vez luego de aquel show en el Montevideo Music Box en mayo de 2016. En esta oportunidad, la cita era en Live Era en el marco de su gira presentación de su último disco “Halo” lanzado en 2022. 

Montevideo por primera vez en su historia tenía una seguidilla de 4 shows al hilo de lunes a jueves. Lamentablemente, el país sigue siendo un mercado chico (sobre todo en cuanto a metal refiere) y esto podía verse reflejado en algunas cancelaciones como Accept semanas atrás o Megadeth a principios de año. La realidad indica que este show lamentablemente fue el que menos convocatoria tuvo a comparación de las otras propuestas. A pesar de este factor, esta banda tenía bastante que ofrecer y fue al ingresar que uno notaba una infraestructura mucho más ambiciosa en cuanto a sonido refiere, dando muestras de que se avecinaba otro show memorable y que quienes habían apostado por asistir a este, no se iban a arrepentir. 

El inicio estaba pactado para las 21:00, y fue justamente a esa hora, con puntualidad inglesa, que los finlandeses se mostraban sobre el escenario. El Al grito de “Let me hear you Montevideo!” sonaba “Northwards” para dar inicio a una velada que prometía ser memorable y de alta carga emocional. El logo de Amorphis de fondo y las luces celeste claro daban una fría imagen visual que hacía conectar con la profundidad de sus composiciones. El sonido era espectacular, acorde al montaje que se veía en la sala durante la previa. 

Al principio la actitud de la banda resultó un poco distante, pero conforme fueron avanzando las canciones fueron soltándose un poco más e interactuando con el público quien respondió con creces. Uno de los momentos de más interacción fue cuando al momento de presentar a los integrantes, cada uno se tomaba el tiempo de interpretar una canción icónica de metal (las guitarras Smoke On The Water de Deep Purple y Breaking The Law de Judas Priest, la batería Run To The Hills de Iron Maiden)  

La banda cumple con ambas facetas que tiene en su haber. En sus inicios se inclinaban a un poderoso Death metal, pero con el paso del tiempo y los discos, sobre todo a partir de mediados de los 2000, su estilo empezó a cambiar a uno mucho más progresivo, reluciendo mucho más la voz limpia de su vocalista Tomi Joutsen. Esto se ve reflejado en algunos temas como “The Smoke”, “Sky Is Mine”, “Wrong Direction” o la celebrada “Silver Bride” que tienen una impronta mucho más melódica y de fácil escucha, con grandes arreglos de teclado y guitarras llenas de delay que te hacen conectar mucho con sus composiciones.  

De igual manera, es inevitable reconocer que en esta instancia particular y concreta, el público celebró mucho más las canciones de su primera etapa más extrema, como “The Castway” o “Black Winter Day” de aquel disco Tales Of The Thousand Lakes. La banda no fue ajena a este hecho, llegando a mencionar “looks like you love the old stuff, right?” (parece que les gustan las canciones viejas, no?). 

El show no fue de una muy larga duración, pero a diferencia de su última presentación de Montevideo, interpretaron muchos temas de su último disco “Halo” y su antecesor “Queen Of Time”, que para aquel entonces todavía no habían visto a luz, y esta oportunidad fue ideal para escuchar en vivo esas composiciones más recientes. 

La noche dio cierre definitivo con “House of Sleep” y un solo bis que no podía ser otro que “The Bee”, que es un derroche de talento con guitarras con mucho delay y un vocalista que pasa entre voces guturales y limpias con total facilidad, siendo por lejos la canción que mejor mezcla sus dos facetas. El saludo fue cordial y el “see you next time” no se tomó con mucha credibilidad entre los asistentes. Pero de igual manera, a pesar de ser una de las fechas con menos convocatoria de la semana, fue sin duda otro de los puntos altos, y un placer tener a una banda de este calibre presente en Montevideo una vez más. 

Cuatro Cuarenta