Abbath

Fotos: Bruno Conti / Crónica: Guillermo Amy

15 de noviembre 2023

Live Era

ABBATH EN URUGUAY

La oscuridad se apoderó de Montevideo. Una noche que sumergió entre las tinieblas para recibir a uno de los máximos exponentes del Black Metal Noruego, Olve Eikem mejor conocido como Abbath. 



Por latitudes latinoamericanas es difícil pensar en Abbath sin recordar la situación que le tocó ser partícipe en 2019 en Buenos Aires. Los excesos impidieron que estuviera en condiciones de presentarse en aquel año y se viralizó un video desde entonces como “El Peor Recital de Metal de la Historia”. 



Desde que se anunciaron las fechas de la nueva gira latinoamericana, reiterados comentarios hacían alusión a la situación que le tocó vivir. Afortunadamente eso quedó en el pasado y esta oportunidad sirvió al artista principalmente para redimirse con un público que podía tener ciertas dudas. La cita fue en el mítico Live Era (ex BJ Sala) en una nueva noche histórica para la escena. 



Como es costumbre, la instancia tuvo su cuota de metal nacional para preparar la cancha y también mostrar talento autóctono. Si de talento hablamos, Nor, el guitarrista de Reytoro, demostró como en cada oportunidad que le toca presentarse la calidad técnica y melódica para hacer que un show puramente instrumental en la que es solo el con pistas pre-grabadas cargue con el enganche y virtuosismo necesario para mantenerte atento a lo que sucede. El músico destacó e invitó a los presentes a próxima edición de “Antes del Fin” para finales de diciembre. 



La segunda propuesta nacional de la noche, fue Thy Domminion. La banda redondeó un show potente que seguro dejó con la cabeza resonando a más de uno. A pesar de que posiblemente su volumen seguro estaba varios decibeles por encima de lo recomendado, se mostraron compactos y sólidos, con muchísima actitud, estrenando temas nuevos y sobre todo, mostrando que no les resultaba pesado tocar antes del artista principal de la noche. 





Sobre las 22:00 el público empezó a amontonarse en las partes más delanteras, el humo empezó a aparecer, y la visual empezó a dilapidarse lentamente. Los integrantes de la banda fueron apareciendo de a uno en el escenario y ocupándolo en su integridad hasta que Abbath, con su típica armadura y maquillaje tenebroso, apareció en escena para dar el inicio definitivo. 



El artista de movida empezó con sus guturales interpretando algunas canciones de su último disco “Dread Reaver“ como “Acid Haze” y “Dream Cull”. En la primera pausa, el artista mencionó “Montevideo eh?” Lo cual generó una respuesta automática del público con el “olé olé olé Abbath Abbath”, el nórdico respondió con un discreto simplemente “Thank You” y se puso nuevamente manos a la obra. 




El sonido fue contundente e intenso. El único detalle estuvo en que culminado el cuarto tema del set hubo un desperfecto técnico del micrófono que hizo que el show se demorase unos minutos en retomar mientras se producía el cambio, generando una molestia notoria al artista quien gesticulaba hacia el público. Pese a este leve inconveniente, el sonido fue de los factores más destacables de la noche, en una sala que cada vez suena mejor. 



A pesar de que la lista tuvo en su mayoría canciones de su disco nuevo y sus dos anteriores “Oustrider” y el disco homónimo “Abbath”, también aparecieron algunas perlitas de su ex banda Immortal como “In My Kingdom Cold”, o “Tyrants” que fue de las muy pocas veces que sonó en ese tramo de la gira. Esto propició un momento cumbre en la noche, ya que fueron celebradas y agitadas por sus fans más acérrimos de ese período. 




Además de la intensidad, que no cesó en ningún momento durante el desenlace del recital, el humo tampoco dio tregua para mejorar la vista hacia el escenario. El clima espeso, con visual dificultosa incluso para reconocer a los músicos de la banda, fue una característica que seguro irrumpió en aquellos que querían fotografiar o guardarse algún video en el teléfono para rememorar. No hay dudas de que es una exigencia del artista, pero a su vez, a pesar de que puede ser contraproducente para retener en la retina lo que ocurre, también es real que genera una tensión única que se complementa con este estilo musical. 



Abbath solo se limitó a presentar las canciones y dar muestras de porque es quien es, con guitarras distorsionadas, acordes oscuros y guturales estremecedores. Luego de tocar “One By One” y “Warriors” (de su otra banda, I) y “Endless”, la banda abandonó el escenario con una despedida discreta. A pesar de que algunos esperaban que retornara a la brevedad a ofrecer un bis, lamentablemente fue algo que no terminó pasando. Pero a pesar de que es un hecho que los shows de metal extremo suelen ser breves (en este caso de poco más de una hora) y dejar con ganas de más, fue de los recitales más destacados del año del género, por el peso del artista y por calidad sonora.

Cuatro Cuarenta