Paradise Lost en Live Era

Fotografías: Coca RMS
Crónica: Guillermo Amy
6 de mayo
Live Era


Paradise Lost 

Afortunadamente, en estos años se convirtió en una sana costumbre tener fechas históricas en Montevideo en cuanto a metal refiere. De igual manera esto suele tener una particularidad que se ha repetido: Hay muchos shows en un lapso corto de tiempo. Y esto, considerando que Uruguay no deja de ser un mercado chico, impacta de manera directa en la convocatoria ya que el público se ve obligado a asistir y/o priorizar alguno sobre otro. Seguramente esta sea la razón por la cual este show (inicialmente fijado para el Montevideo Music Box) se haya trasladado a Live Era. 

Paradise Lost es un histórico en el metal. Con unas cuantas décadas de trayectoria, ha tenido mutaciones en cuanto a estilos y ha sabido abarcar un espectro mucho más grande que lo que una banda hace habitualmente aunque sin perder su impronta gótica y oscura. Esta vez los traería a Montevideo la gira presentación de “Obsidian”, disco que ya cumplió 5 años pero que aún sigue siendo motivo de recorrida a los distintos continentes. 

La banda encargada de abrir el show de Vermiforme, una banda que sin duda no deja a nadie indiferente. Los locales tienen una propuesta sombría que impacta e inquieta, con un misticismo en cuanto a su identidad (ya que utilizan trajes y máscaras) y visuales que van desde velas encendidas a un visual3/ que se complementan con su sonido. Los temas son largos y densos, pero con una línea y estilo único en el medio. 

Con una puntualidad inglesa salieron a escenario a las 21:30 como estaba pautado para traer toda su mística ante una sala con una aceptable capacidad. “Enchantment” y “Forsaken” fueron las primeras en sonar en una noche que repasaría de manera discreta cada una de las facetas de su trayectoria. El sonido fue de menos a más, con un bajo que sonó como pocas veces se ha visto, una batería sólida y una guitarra que pese a que por momentos parecía estar un poco baja, tuvo su protagonismo. 

“Perdonen, no puedo hablar español” decía el vocalista Nick Holmes con su inglés británico. “Gracias por venir esta noche de martes a ver a esta vieja banda” y miró con simpatía la icónica columna de Live Era llegando hasta abrazarla, tomarse una cerveza de cerveza (la cual pareció no gustarle tanto por su reacción facial) y retomar con “Pity The Sadness”. 

La velada tuvo apariciones de canciones extremos como “Eternal” o “As I Day” con gran presencia de guturales, “One Second” con su impronta gótica o “No Hope In Sight” de su disco The Plague Within del 2015. La presencia escénica fue más bien discreta, no se caracterizan por ser una banda de mucha arenga o contagio, sino más bien mantener una actitud bastante reservada y concentrarse más en la precisión y la prolijidad. Pero a pesar de toda esa oscuridad, habían ratos en que Holmes bromeaba con frases al estilo: “a continuación tocaremos “No Hope”, si, otro título negativo, solo ignórenlo”.  

Luego de aproximadamente una hora, el show tuvo un cierre parcial con “Say Just Words” que fue de las más coreadas y celebradas por la audiencia. Al abandonar escenario, increíblemente costo algunos minutos que la gente empezara a pedir una más, con los primeros cánticos la banda retornó para dejar unos últimos instantes épicos con “Embers Fire”, el cover de “Smalltown Boy” de Bronski Beat y el particular cierre definitivo con “Ghost”, canción que integra su disco más reciente. Así culminó una nueva visita histórica en Montevideo, a espera de que esta sana costumbre siga.

 
Cuatro Cuarenta