Moonspell

Fotografìa: Bruno Conti

Crónica: Guillermo Amy

6 de abril de 2023

Live Era

 

Luego de algunos amagues en giras previas y una confirmación que terminó en cancelación por allá por el año 2017 (en el cual la banda tuvo que cancelar su gira latinoamericana en su totalidad) finalmente se concretó la visita de los lusos de Moonspell que, con toda su mística y trayectoria, hechizaron la noche de Montevideana en el renovado local de Live Era. 

El clima acompañó con una temperatura más que agradable. Desde muy temprano los alrededores de la sala ubicada en Av. Uruguay tuvo presencia de gente lista para vivir una nueva jornada para el recuerdo en un mes de abril que viene cargado de shows de metal. Al abrir puertas, de inmediato (y de manera sorpresiva, ya que iba a ser la segunda banda en tocar) la banda local Fixion, con 20 años de trayectoria y con una experiencia notoria en telonear bandas de este calibre se presentó ante el público con una renovada formación. El sonido fue ajustándose conforme fue avanzando el espectáculo, pero siempre con su excelencia técnica y su energía que contagió tanto a quienes estaban presentes desde el minuto 1 como a quienes fueron entrando a la sala durante el desarrollo del show.  

Una vez culminado el show, se bajó una pantalla y fue preparándose el escenario para la banda chilena Weight Of Emptiness, que fue una de las grandes sorpresas para los ajenos a su material. Con su Death/Doom, mezclado con tintes góticos y un despliegue escénico bastante teatral (incluso saliendo el vocalista encapuchado en las primeras canciones), dieron un show sobrio e intenso, con mucho agite y mucha energía de sus integrantes, hicieron vibrar el recinto con un setlist enfocado principalmente en su último trabajo. Para ellos fue “un sueño cumplido” telonear a Moonspell. 

Sobre las 22:30, las luces empiezan a apagarse lentamente y empieza a sonar Mr. Crowley de Ozzy Osbourne en los parlantes de Live Era. En eso, la banda va saliendo de manera paulatina, recibiendo una cálida bienvenida de toda la audiencia. Empieza a sonar “The Greater Good”, canción que también es la que abre su más reciente disco “Hermitage” el cual muestra su lado más experimental con tintes progresivos. Siguió “Extinct” y ya daba la sensación de que la banda no iba a renegar ninguno de sus discos e iba a realizar un repaso de sus 30 años de carrera. 

“Montevideo, Uruguay, ¿Cómo están?” fueron las primeras palabras de su vocalista Fernando Ribeiro al público, con un español bastante decente. En esa oportunidad, aprovechó para recordar que, al ser de Portugal, sabían hablar español, pero bromeó con el hecho de que los españoles no saben hablar portugués. Pero lo más importante del mensaje fue la emoción y las ganas que tenían de visitar Montevideo, que siempre fue un pendiente que les tomó 30 años concretar. 

El desempeño de la banda resultaba avasallante. Con unos visuales de fondo que se acoplaban perfecto con las canciones que iban sonando, un sonido muy fuerte y claro al mismo tiempo, y con muchísima interacción con el público, verdaderamente generaban la sensación de estar bajo un hechizo ya que resultaba imposible distraerse o mirar hacia otro lado. Canciones como “Opium”, “Night Eternal”, “Finisterra”, “In An Above Men” iban sonando al igual que en el resto de la gira, pero la emoción de ver a los lusos se intensificaba conforme pasaban los minutos. 

En cada oportunidad que pudieron agradecieron la recepción de Uruguay, mencionando que era un público “muy amable” y que le encantaban “las vibras” que se sentían dentro del recinto. La lista seguía su curso e iban tratando de satisfacer a los fans más recientes y los más añejos con temas de todos sus discos como “Nocturna”, “Scorpion Flower”, “Todos Os Santos”, para luego invitar a todos los fans a poner las manos arriba con los cuernos e invocar a “Mephisto”. 

El tono místico/gótico resultó verdaderamente envolvente para la dinámica del show siendo una característica del conjunto. Las referencias a la ficción que estaban implícitas también fueron un acierto para sumergirnos en el espectáculo. El caso más claro se vió en “Vampiria” con las luces rojas y visuales de fondo daban la sensación de encontrarse en una película de terror. El cierre vino de la mano de “Alma Mater”, uno de sus éxitos más coreados y festejados por el público.  

La banda abandona el escenario y vuelve prácticamente a los pocos minutos con una visual de un lobo que se mantuvo durante toda la espera. En eso, invitaron a realizar un reconocimiento tanto a Fixion como a Weight Of Emptiness quienes habían tocado previamente y pusieron en palabras las dificultades que las bandas de Portugal tienen para salir al exterior y ser reconocidas. Factor que son conscientes que en Latinoamérica también ocurre y también hubo mención al respecto. Agradecieron el respeto del público, mencionando que les había gustado Uruguay y su carne (también bromeando que era mejor que la de Argentina) y que esperaban que no les tome 30 años volver ya que “iban a estar muy viejos”. Así, con “Wolfshade” y “Full Moon Madness”, dieron el cierre final a un show realmente impactante que dudosamente quede en el olvido. Gran primera visita de Moonspell que, a pesar de contar con unos cuantos viajes y shows arriba en el marco de esta gira, dieron cátedra en cuanto a profesionalismo y musicalidad refiere.  

 
 
Cuatro Cuarenta