Ismael Serrano sinfónico en Montevideo

Fotografía: Virgnia Prado

Crónica: Pedro González

5 de abril de 2025

Auditorio Nacional Sodre

 

Ismael Serrano: Un Viaje de Reflexiones y Canciones en Montevideo

El pasado sábado 5 de abril, el Auditorio del SODRE de Montevideo se convirtió en un refugio de emociones a flor de piel, mientras Ismael Serrano ofreció un recital profundamente íntimo y conmovedor. Ante un público que no dejaba de aplaudir, el cantautor madrileño compartió más que su música: compartió sus pensamientos, sus sentimientos y esa conexión tan única que logra forjar con su audiencia. Acompañado de su banda y la Orquesta Juvenil del SODRE, la velada se convirtió en un acontecimiento memorable que fusionó el sonido de la música de autor con la fuerza de una orquesta en vivo, creando una atmósfera mágica y envolvente.

"Este es un tiempo para no sentir la derrota", comenzó diciendo, dejando claro que la música, en momentos de adversidad, es una compañera invaluable. A pesar de que el mundo a veces parece volverse en nuestra contra, Serrano recordó que "siempre hay algo que nos invita a seguir adelante, a no acogernos al desánimo". Una reflexión que resonó en el ambiente de un público que vivió cada palabra de la noche con una intensidad única.

Serrano, con su habitual sinceridad, abordó también el paso del tiempo, algo que, con los años, se vuelve inevitable. "Es difícil no sentir la presión del paso de los años. La edad, en lugar de ser un aliado, parece que cada vez nos pone más obstáculos", dijo, consciente de que la madurez trae consigo tanto desafíos como lecciones. "La próxima canción, de alguna forma, es especial para mí, porque la escribí pensando en mi hijo, y en lo que quiero para él. Le robé una frase a Fontanarosa, que me dijo algo que me marcó: 'Espero que mis hijos, cuando crezcan, vean a sus amigos felices al verlos llegar'. Eso me hizo pensar en cómo quiero estar siempre presente para él".

A lo largo del recital, Ismael no solo cantó, sino que compartió reflexiones profundas sobre la vida, el amor, la paternidad y el papel que juegan las canciones en la capacidad de resistir. "La música, como la que vamos a escuchar ahora, tiene el poder de acompañarnos cuando más lo necesitamos. A veces, cuando estamos a punto de rendirnos, la melodía de una canción nos recuerda que no estamos solos. Y, lo más maravilloso, es que en algún rincón del mundo, alguien más está cantando la misma canción que tú, en ese mismo momento".

Ismael se mostró también reflexivo sobre su trayectoria musical. "Hace casi 30 años que comencé este viaje, y aunque cada disco que sacaba en su momento era una joya, lo cierto es que lo que echamos de menos no es tanto la música, sino lo que éramos nosotros cuando escribíamos esas canciones. En cada etapa de la vida hay nuevas formas de comprender las mismas melodías", dijo, con nostalgia y orgullo por su legado.

La noche continuó, llena de risas, emoción y, como él mismo mencionó, alguna que otra lágrima. "Hay veces que la gente sale del concierto diciendo que lo hemos pasado tan bien. Pero en el fondo, sé que también lo hemos hecho porque, en el fondo, todos necesitamos tocar esa parte más vulnerable, esa parte que duele un poco", comentó, antes de dar paso a su canción más triste, "Un muerto encierras".

"Es una de las canciones más tristes que he escrito", dijo entre risas nerviosas, "quizás no sea la más triste del mundo, pero sin duda, tiene algo que toca el alma. Es la prueba de cómo una canción, a veces, puede ser un refugio cuando todo lo demás parece ir mal". La canción sonó con la misma fuerza que el primer día que la escribió, demostrando que la tristeza, cuando es cantada con el corazón, tiene la capacidad de transformar el dolor en belleza.

Serrano también aprovechó para reflexionar sobre su relación con el público y el paso del tiempo: "Cuando eres joven, hablas mucho entre canción y canción porque tienes tantas respuestas. Pero cuando tienes más años, empiezas a hablar entre canciones no para dar respuestas, sino para tomarte un escanso. Es curioso cómo la vida va cambiando la forma en que te enfrentas a todo esto", bromeó, haciendo reír al público que lo acompañaba con cariño.

A pesar de los momentos más nostálgicos, el recital terminó con un mensaje de esperanza: "Aunque todo parezca derrumbarse, siempre hay algo que nos invita a seguir, algo en lo que creer. La música sigue siendo esa luz en la oscuridad", comentó antes de dar cierre a la velada. Y, como era de esperarse, la ovación fue de pie, como una muestra de agradecimiento por la oportunidad de haber sido parte de una noche única.

"Papá, cuéntame otra vez", fue la última canción de la noche. Con esta, Ismael Serrano dejó claro que, a pesar de las dificultades, siempre hay algo por lo que seguir luchando, siempre hay una razón para esperar. Y, en el fondo, como él mismo dijo: "Otro mundo es posible, y nosotros estamos aquí para hacerlo realidad". Y la ovación unanime, se suscito al nombrar a Gaza en un arreglo de la canción que señala, a quienes sufren hoy por la barbarie del terrorismo.

Pero había tiempo para dar lugar al reclamo de un público extasiado que pedía más. Entonces se sucedieron dos bises: el primero, en homenaje a estas tierras, que también saben de dolor y renacer, cantó “Como La Cigarra”, de María Elena Walsh. Finalmente, se despidió con la meláncolica “Ahora que te encuentro”.

La Orquesta Juvenil del SODRE, junto a la banda de Ismael Serrano, entregaron una interpretación impecable que dotó a la noche de una grandeza única. El concierto no fue solo un recital, sino un testimonio de la fuerza de la música para unir, sanar y, sobre todo, dar esperanza.





Lista de canciones:

1.Sucede que a veces

2.Ana

3.La llamada

4.Ven

5.Si se callase el ruido

6.Sin ti a mi lado

7.Recuerdo

8.Nieve

9.Vértigo

10.Estaré ahí

11.Cállate y baila

12.Un muerto encierras

13.Papá, cuéntame otra vez

14.Como la cigarra

Cuatro Cuarenta