Como se había anunciado en la previa, Nelson López —mejor conocido como el “Caramelero”— apareció para dar su clásico discurso de vendedor ambulante, mientras él y el Payaso lanzaban caramelos en grandes cantidades hacia todos los sectores, al compás de “Caramelos Ácidos”, de forma idéntica al ya mítico video de YouTube grabado en la Sala Zitarrosa. Varios abrieron los caramelos en ese mismo momento: fue un instante que descomprimió, conectó y reafirmó lo que este reencuentro representaba: una celebración con identidad propia.
“No somos de hacer bises, pero es para avisarles que nos estamos por ir”, anunciaba González antes de iniciar el último bloque, tomándose el tiempo de extender el saludo a quienes hicieron posible el show y a colegas de otras bandas como Bufón, La Tabaré y Once Tiros, que se encontraban presentes entre el público. Con “Mordiste”, “Paraná” y el tema que cierra su disco homónimo, “Japonés”, se dio cierre a una noche histórica para el culto del rock nacional, condecorada con un abrazo fraternal entre sus integrantes.