Ni son surfistas ni mucho menos de Tacuarembó pero lo que sí saben hacer (y muy bien) es una cálida y melodiosa música urbana. Vale la sinceridad por parte de este cronista ya que no esperaba lo que me encontré. Una banda consolidada desde su estructura musical, mezclando ritmos que viajan desde el funk, candombe, música popular, con un ingrediente propio que la vuelve única y especial: el lunfardo, la querencia y el arraigo por todo lo bueno que tiene venir del interior. No son de Tacuarembó, es cierto, pero no dejan de traer lo mas hermoso que tienen los departamentos ajenos a la realidad de Montevideo y es su calidez.