Fotografía y crónica: Javivi Rivero

23 de mayo de 2019

Sala Zitarrosa

 

¿ACASO VINIRON A SURFEAR ESTOS MUCHACHOS?

Ni son surfistas ni mucho menos de Tacuarembó pero lo que sí saben hacer (y muy bien) es una cálida y melodiosa música urbana. Vale la sinceridad por parte de este cronista ya que no esperaba lo que me encontré. Una banda consolidada desde su estructura musical, mezclando ritmos que viajan desde el funk, candombe, música popular, con un ingrediente propio que la vuelve única y especial: el lunfardo, la querencia y el arraigo por todo lo bueno que tiene venir del interior. No son de Tacuarembó, es cierto, pero no dejan de traer lo mas hermoso que tienen los departamentos ajenos a la realidad de Montevideo y es su calidez.

Por momentos, mientras Julio Ojeda (vocalista) recitaba cantando uno de sus temas, se escuchó hablar de tortas fritas, de la leche caliente con nata por las tardes, las rodillas embarradas. Al hacer el ejercicio de escucharlos a ojos cerrados, pudimos ver desde nuestro interior, un niño aferrado a su infancia cantando en una peña folclórica, pero con sonidos mas agiornados a una realidad musical mas global.

En esa fusión expuesta en el escenario de la Sala Zitarrosa, no se puede obviar el excelente baile de tango que por unos temas nos compartió una pareja que se brindó por entero. Desde la butaca pude presenciar también como algunos espectadores se pusieron a danzar al compás de la música por los pasillos de una sala casi llena. Eso, sumado a todo lo antes comentado, atestigua la sensación con la que uno se va después de un show de los Surfing, de estar en un fogón rodeado de amigos