El álbum fue grabado entre enero y febrero de 2025 junto al productor Esteban Demelas, con quien Simona ya había colaborado en su aclamado EP Florecer flores (2023). La grabación contó con su banda habitual: Mateo Olivero en guitarras, Facundo Paullier en bajo y Nicolás Villarroel en batería. También participaron Karina Zubelzú y los hermanos Nicolás y Juan Bidart en la cuerda de candombe, además de invitados como Pedro Dalton (voz) y Alejandro Piccone (trompeta).
“Este disco narra un proceso muy personal, con sombras pero también con luz. Componerlo transformó mi manera de escribir canciones, de pensar y de mirar el mundo. Me ayudó a volver a ver el día”, comenta Simona, reafirmando su búsqueda artística honesta y profunda.